Uno de los puntos en donde se encuentran la mayores limitantes en nuestra vida es no tener la energía o la fuerza necesaria de creer en nuestros sueños y arriesgar por ellos. Y esto es mucho más complicado cuando estamos embrollados con nuestros padres o con nuestra propia historia familiar.
Cuando nuestros padres no han alcanzado sus propios sueños o metas, pueden suceder diferentes situaciones, por un lado que nuestros padres se “sacrifiquen” porque nosotros sigamos “nuestros sueños”(con sugerencias de posibilidades) y por otro lado que se tenga la creencia muy arraigada de que es difícil arriesgar por nuestro sueños…”que sólo unos pocos privilegiados lo logran”.
En cualquiera de los dos casos se hace presente la lealtad infantil al amor de los padres, en ocasiones también se dice “lo voy a hacer diferente a ellos” y resulta que lo terminamos haciendo exactamente igual por “la soberbia”.
Inconscientemente yace dormido el pensamiento de “papá o mamá no puedo tener más éxito que uds. …por ello yo también fracaso” o bien “Papá o mamá…yo lo hago por ti”. En cualquiera de los dos casos, perdemos fuerzas para seguir nuestros sueños.
Síntomas de estar siguiendo el destino de mis padres:
- Falta de Energía y de fuerza para aventurarme por mis sueños
- Me siento responsable de encargarme de mis padres y culpable cuando no puedo ayudarles
- Le doy la mitad del dinero que gano
- Sigo viviendo en su casa, aunque ya vivo con mi pareja
- Cuando me alejo de ellos, siento un gran vacío
- Me embarga la tristeza cuando obtengo un éxito
- Siento que “algo muy grande” me impide avanzar
- No acepto ninguna oferta de trabajo que me aleje del lugar de donde viven mis padres
¿Cómo dejar de seguir el destino de mis padres?
* Honrarles como los grandes: Reconocer que nos han dado la vida y que eso jamás se lo podemos devolver, por más esfuerzo que realicemos.
* Dedicarles nuestros éxitos: El poder saber que cada éxito que logras es parte de ellos es la mayor satisfacción que puedes tener.
* Soltar la necesidad de compensar: reconociendo que la única manera de compensar su esfuerzo es con tu felicidad y tu éxito.
* Acordar su cuidado y atención: Si bien es cierto todo hijo puede apoyar a sus padres en su proceso de envejecimiento, tampoco se puede renunciar a los propios sueños por tener que cuidar de ellos. Se pueden llegar acuerdos con terceros o de algún otro familiar para su cuidado y atención, en edades avanzadas o enfermedades.
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