¿Dónde y con quién me constelo?
Existen multitud de facilitadores de Constelaciones, aunque con distintos bagajes y filosofías. Esta terapia, como tantas otras, no está reglada, por lo que no existen unos criterios unificados en cuanto a la cantidad y tipo de formación y supervisión que un facilitador de Constelaciones ha de realizar. Por tanto, pueden haber sorpresas.
Si el facilitador ha pasado algún tipo de entrenamiento, así como un bagaje previo en psicoterapia, así como formación específica en Constelaciones Familiares son factores que aportan ciertos niveles mínimos de calidad, y una actualización constante, son sumamente determinantes de buena calidad. Finalmente, la mejor recomendación es que acudas a un taller como observador, y observes si el estilo y actitud del facilitador están en consonancia contigo, antes de trabajar con él o ella.
¿Cómo debería prepararme para Constelar?
Primeramente, es recomendable que investigues acerca de los sucesos significativos en tu familia de origen (padres, tíos, abuelos, bisabuelos, y parejas anteriores de los padres y abuelos). En Constelaciones, los sucesos significativos son: muertes antes de los 30 años, cuando el hijo es pequeño, o simplemente muertes prematuras, asesinatos -civiles o militares-, abuso sexual, adicciones, estafas en herencias y otros sucesos significativos. Son cruciales aquellos hechos o personas de las que no se habla en la familia (excluidos, "ovejas negras", abortos, secretos de familia...). No interesan aquí descripciones psicológicas ("mi madre era autoritaria", "mi padre me pegaba", etc.).
Después, es importante que elijas bien tu tema (aquello que te causa sufrimiento continuado y que se repite en tu Vida).
¿Qué debo hacer tras una Constelación?
"Las Constelaciones actúan cuando uno las deja exactamente de la manera en que las vió. Cualquier discusión sobre su contenido destruye la imagen.
Lo mismo aplica cuando uno acaba de trabajar, alguno del grupo se le acerca a preguntarle: ¿cómo te ha ido? ¿qué harás ahora? Lo que están haciendo es picotear su alma. Es fatal, invadir de esta manera el alma de otra persona como si tuviéramos el derecho a hacerlo. Ninguna persona tiene el derecho de hacerlo. Tampoco sirve intentar consolarlo. La persona es fuerte. Quien intenta consolar, es débil. Éste es en realidad quien no soporta el dolor del otro. Porque en el fondo no quiere consolar al otro, sino que utiliza al otro para consolarse a sí mismo.
No hay que interferir. Y eso es válido para todo este trabajo. La persona misma tampoco debe actuar inmediatamente tras una Constelación. Así no funciona. La imagen tiene que descansar en su alma. A veces durante mucho tiempo, quizás medio año o más. Y uno no hace nada para cambiar. Las imágenes ya actúan, simplemente estando. Y al cabo de un tiempo en el alma se reúne la fuerza necesaria para hacer lo correcto. Aquello que es correcto y bueno será diferente de lo que uno ahora acaba de ver. El alma de la persona sabe mucho más todavía y al final uno sigue a su propia alma y así tiene plena fuerza.
Por tanto, no sigue ni al terapeuta ni tampoco a esta imagen. Uno sigue a su alma. Pero esta imagen ha impulsado algo en su alma que posteriormente hace posible el actuar."
Bert Hellinger.
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